Tipos de termómetros de cocina

Conservar los alimentos a la temperatura adecuada es fundamental tanto a la hora de conservarlos como de consumirlos. Y es que juega un papel importantísimo a la hora de apreciar todos los matices de sabor de un plato, de preservar sus vitaminas y nutrientes y de proporcionar una experiencia agradable tanto en solitario como en compañía de familiares, amigos o allegados.

Para comprobar con precisión la temperatura de los platos es necesario disponer de una herramienta capaz de tomar mediciones de temperatura sin alterar la textura ni sabor del alimento. La mejor opción a día de hoy son los termómetros de cocina, utensilios que permiten conocer con un margen de error muy reducido la temperatura del plato o alimento en cuestión.

Con el fin de evitar las prácticas antihigiénicas que pudieran afectar al sabor o a la forma del plato, cada vez son más habituales los termómetros capaces de obtener mediciones precisas sin apenas entrar en contacto con la superficie del plato gracias a la implementación de sensores de alta sensibilidad capaces de absorber las partículas calientes que desprenden los alimentos, toda una innovación muy apreciada por los grandes hosteleros y los establecimientos de alto standing.

No obstante, ¿sabías que puedes encontrar en el mercado diferentes tipos de termómetros de cocina? Todos ellos cuentan con particularidades que merecen ser conocidas para que medites tu elección y dispongas del modelo que mejor se adapte a las características de tu cocina.

Termómetro analógico

Actualmente están en desuso, pero los más nostálgicos seguro que recuerdan los antiguos termómetros que contaban con un pequeño contador circular con aguja, con una esfera similar a un reloj.

Estos modelos ya podían presumir de informar acerca de la temperatura de cada alimento con una precisión pocas veces vista en el momento de su creación, siendo una herramienta indispensable en la evolución de la cocina de alto nivel, dándole un toque más sofisticado.

Aunque no sería de extrañar que regresaran algunos modelos con medidores analógicos debido a la moda vintage que ocupa buena parte de los catálogos de decoración doméstica, lo cierto es que sus pantallas eran demasiado voluminosas y poco prácticas cuando se necesita reducir el espacio en la cocina, además de ocupar demasiado espacio en sitios donde es preciso disponer de él, como el bolsillo del delantal del cocinero o el banco de la cocina.

Termómetro digital sencillo

Un termómetro de cocina genérico y sin ninguna particularidad. Es el modelo estándar que empezó a comercializarse cuando se desecharon las versiones analógicas por otras mucho más cómodas y fáciles de fabricar. Entre sus ventajas estaba una notable reducción de los márgenes de error, una mayor comodidad a la hora de transportarlos y la posibilidad de reducir el nivel de invasión en el alimento para hacer una medición correcta.

Los primeros modelos requerían ser insertados casi por completo en el alimento en cuestión, mientras que los más avanzados disponen ahora de una serie de sensores de alta precisión capaces de hacer una medición con gran exactitud sin apenas entrar en contacto con el plato. Es apto para alimentos sólidos, bebidas, productos a medio descongelar y cremas, pastas y purés.

Dado que hoy en día se pueden encontrar en el mercado modelos específicos para cada tipo de alimentos, el volumen de ventas de estos modelos estandarizados ha decaído notablemente desde que los modelos con pincho, para hornos y para productos líquidos hicieron su aparición. De hecho, la principal comparativa de termómetros de cocina elaborada por el equipo de https://termometrodecocina.com/especialista en la venta, comparación y distribución de termómetros de cocina, ya desecha estos modelos genéricos en favor de los diseñados para un tipo concreto de alimento. Incluso existen termómetros de cocina para café, futas o carne.

Termómetro digital con pincho

Pese a que parecían en su momento un paso atrás debido a la inclusión de un pincho diseñado para ser introducido en el alimento, lo cierto es que su técnica es mucho menos invasiva que los tradicionales termómetros digitales. La punción es casi imperceptible, incluso en los alimentos más tostados, crujientes o con una capa de gran dureza en su exterior, siendo ideal para medir la temperatura de empanadas, quiches, tartas, hojaldres y similares.

También da excelentes resultados en la medición de la temperatura de carnes rojas y blancas, sobre todo en piezas de gran grosor que han tenido que ser descongeladas de manera progresiva para comprobar el grado de cocción del centro de la pieza. Pese a los avances, sigue siendo de los modelos más precisos y utilizados en las cocinas de los locales de alta repostería.

Termómetros digitales para líquidos

Aunque un termómetro digital estándar puede ser útil para obtener una medición de la temperatura de un alimento en estado líquido, existen modelos específicos para realizar mediciones más precisas en este tipo de productos. Bebidas, cócteles, cremas, sopas, purés y salsas pueden ser medidas con estas versiones, que cuentan con unos sensores redistribuidos en su extremo para captar con menor probabilidad de error la temperatura del producto en cuestión.

Este tipo de termómetros disponen de una serie de refuerzos en sus revestimientos para evitar daños en su estructura por abrasiones, algo habitual cuando se exponen por tiempo prolongado en sopas y otros líquidos que han estado previamente en ebullición. Cabe aclarar que estos utensilios, por muy resistentes que sean, no deben ser sumergidos por tiempo prolongado y nunca deben ser expuestos a temperaturas superiores a 70º C por precaución, ya que un calor excesivo puede ser contraproducente a la hora de obtener una medición precisa.

Termómetro digital de cuchara

Son los más recomendables para medir la temperatura de caldos, sopas, salsas, bebidas y todo tipo de productos líquidos. Además de para un uso profesional, son los modelos más recomendados para quien sufre de una excesiva sensibilidad en los dientes y necesita calibrar la temperatura de todas aquellas bebidas, sopas y productos líquidos que vaya a ingerir para evitar sensaciones molestas durante las comidas.

Son de especial utilidad en invierno, cuando es necesario mantener los caldos y las sopas a la temperatura idónea, sobre todo en esos días de Navidad que tenemos la casa llena de invitados.

Termómetro digital para horno

Aunque los hornos funcionan con temporizadores y medidores de temperatura, según qué platos pueden llevar más tiempo de cocinar y no sabremos realmente en qué punto de la cocción se encuentran. Para dejar el plato en unas condiciones óptimas, es preciso comprobar cómo se encuentra el centro de la pieza y a qué temperatura está, a lo que puede servir este tipo de termómetros, especialmente diseñados para funcionar en un rango de temperaturas más altas que de costumbre. Los hornos son capaces de alcanzar los 250º C en los modelos domésticos y de superar la barrera de los 500º C en los industriales, por lo que es vital contar con uno de estos tanto si vamos a preparar una gran pieza de carne o pescado en casa como si regentamos un establecimiento que funcione con hornos de alta exposición.